(Conversación telefónica)
-¿Quién osa despertarme a estas horas?- grité como una bruja mala.
-Yo- contestó Justin de una manera despreocupada.
-A estas horas no puedo decir nada decente llámame más tarde.
-Pero… - no le dejé acabar porque enseguida le corté.
(Fin de la llamada)
Volví a la cama y me tapé muy bien con las mantas. Luego me quedé dormida profundamente.
(Narra Justin)
Tenía que despertarla como fuera porque teníamos el vuelo a las 11 y sabía que aún no había hecho las maletas. Llamé a Kenny para que me viniera a buscar lo más rápido posible. Los demás ya estaban despiertos y estaban desayunando pero no hicieron ninguna pregunta cuando salí apresuradamente de mi casa.
Al llegar Kenny entré en el coche y le dije que fuera a casa de Paula. Llegué y llamé al timbre del portal. Me contestó su madre.
(Por el telefonillo)
-Disculpe… Soy un amigo de su hija, ¿podría abrirme? Necesito hablar con ella.
-¿Con cuál quieres hablar? Solo Irene está despierta.
-Con Irene mismo.
-Está bien.
(Fin de la conversación por el telefonillo)
Sabía que le había mentido a la madre de Paula pero tenía que ir a despertarla inmediatamente. Subí rápido por las escaleras porque al ser clautrofóbico no puedo subir en ascensor. Me agobia. Eran demasiados pisos así que llegué cansado a más no poder. La puerta de su piso estaba abierta y detrás de ella estaba Irene.
-¿Justin? ¿Qué quieres?
-¡Despierta ahora mismo a tu hermana. El vuelo sale en dos horas y media y no tiene hecha ni la maleta! – exclamé con el poco aliento que me quedaba.
-¿Mi madre sabe que os vais a Atlanta?
-Es verdad, le había prometido a Paula hablar con tu madre para que la dejara ir.
(Flashback)
-¿Quieres venir a Atlanta a conocer a mi padre y a mis hermanos?
-Me encantaría pero no creo que me dejen…
-Si es por el dinero te pago yo el billete.
-Claro que no es por el dinero es que mis padres casi ni te conocen y cuando te ven por la tele piensan ‘’ que niño más mimado’’ no les caes bien.
-Hablaré con tus padres, te lo prometo.
(Fin del flashback)
Sin perder más tiempo fui a junto la madre de Paula que enseguida se dio cuenta de quién era ya que antes no se había fijado bien.
-Oye, tu cara me suena mucho.
-Normal. Soy Justin Bieber, señora- intenté decir lo menos prepotente posible.
-¿Eres ese muchacho qué sale siempre rodeado de chicas en la tele?
-Supongo que sí.
-¿Y qué haces aquí? ¿No deberías estar en tu país con tu novia?
-¿Novia?- pregunté extrañado.
-Sí… Esa jovencita que es más mayor que tú. La que sale en una serie de un canal de dibujos. No me acuerdo ahora de su nombre.
‘’Ah, se refiere a Selena’’ pensé.
-¿Se refiere a Selena Gomez? No salgo con ella.
-Tampoco me interesa. ¿Por qué has venido a hablar con Irene?
-En realidad he venido a buscar a Paula.
-Lo siento pero ella sigue durmiendo y no creo que se levante tan temprano.
-El problema es que me voy de viaje a Atlanta desde hoy hasta el sábado que viene y me gustaría que dejara ir a su hija conmigo. Ya tenemos los pasajes comprados y el avión sale a las 11.
-¿Y cuándo pensabais preguntármelo?- dijo alterada.
-Esto es culpa mía. Le prometí a ella que hablaría con usted, lo siento.
-¿Y porque quieres que vaya contigo?- me miró con una mirada extraña.
-Eh… Bueno… - Irene me interrumpió.
-Venga, mamá déjala ir. Solo es una semana- me ayudó Irene.
-Está bien pero respétala ¿me oyes? No me fio de los famosos.
-Se lo prometo señora.
-¿A qué esperas? Corre ve a despertarla. Algún día tendrá que hacer las maletas- me gritó Irene.
-Ya voy, ya voy.
Fui arrastrado por Irene hasta su cuarto. Llamé a la puerta pero nadie me contestó así que decidí entrar. Abrí la puerta con cuidado y seguidamente la cerré. Paula estaba durmiendo profundamente. Estaba tapada hasta arriba de mantas. La destapé y ni se movió. Seguía durmiendo. Me arrodillé y acerqué mi rostro al suyo. Seguía sin despertarse. Me acerqué aún más hasta que casi nuestras bocas se juntaban. Seguía sin reaccionar. Luego le besé en los labios y le susurré ‘’ Despierta, princesa. Tenemos que coger un avión’’. De repente abrió los ojos y me sonrió. Era preciosa.
-¿Esto es un sueño? No quiero despertarme.
-No es un sueño, estoy aquí de verdad. Y ahora levántate tenemos que coger un avión.
-Mierda, es verdad- se levantó.- Tengo que hacer la maleta.
-No te preocupes, yo te ayudo. –Intenté darle un beso pero se apartó. Yo me quedé atontado.
-No es hora de entretenerse tengo que hacer la maleta.
-Necesito un beso tuyo para tener energía.
-¿No te sabes una excusa mejor para que te dé un beso Bieber?- me encantaba que se pusiera en plan sarcástica.
-Pues… no- la agarré y me acerqué a ella hasta que nuestras narices se tocaron.- Dame un beso y te suelto para que hagas la maleta.
-¿Y qué pasa si me niego?
-Te lo robaré igualmente pero no te ayudaré a hacer la maleta.
Por fin me besó intensamente como a mí me gustaba. No pude contenerme y quise ir más allá pero ella me interrumpió justo cuando empezaba a besarle el cuello.
-Tengo que hacer el equipaje ¿recuerdas?
-Ahora que lo dices sí.
-¿Qué pasa que antes no lo sabías?
-Se me había olvidado. Tus besos me hacen olvidarme de todo.
-Qué romántico eres Just.
-Lo sé.
Luego fuimos a hacer la maleta y nos costó mucho. Cuando acabamos eran ya las 10. Salimos de su cuarto y fuimos a la cocina. Paula aún estaba sin desayunar así que yo también aproveché el ofrecimiento de su madre y tomé un vaso de leche.
-Bueno, aún no me has contestado a la pregunta de antes- me dijo la madre de Paula.
-¿A qué se refiere señora?- Paula nos miraba extrañada.
-¿Por qué quieres que mi hija te acompañe a Atlanta?
-Pues, mamá-dijo Paula luego me miró indecisa- porque somos ami…- la interrumpí.
-Porque señora, Paula y yo somos novios- dije yo ya que no me gustaba tener que mentir a su madre además no había nadie que prohibiera eso ¿no?
-¿Cómo? ¿Mi hija está saliendo con un famoso?
-Mamá, tranquila. Justin no es un famoso cualquiera. Él es diferente además ha dejado el mundo de la música durante un tiempo.
-Eso no cambia las cosas, Paula. ¿Tú le quieres?- yo solo me limitaba a escuchar la conversación.
-Sí mamá, y mucho.
-¿Y tú, jovencito? ¿Quieres a mi hija o no es más que un juguete para ti?
-Por supuesto que la quiero.
-Entonces no me queda otra que aprobar esto. Espero que salga bien- por fin la señora se dignó a sonreírme. Ya empezaba a pensar que no le iba a caer bien nunca. – Y cuida de mi hija.
-Con mi vida si es necesario.
-Que exagerado- rió Paula.
-No creo que a tu padre le haga mucha gracia esto.
-Pero tendrá que aceptarlo- dijo Paula.- Bueno nos vamos ya mamá. Hasta la semana que viene.
-Chao, cariño. Cuídate y llámame todos los días.
-Adiós, señora.
-Llámame María
-Vale. Adiós María- sonreí y me dirigí hacia donde estaba mi novia.
Estaba despidiéndose de Irene. Yo también lo hice y luego salimos de su casa. Kenny nos esperaba abajo en el portal. Íbamos justos de tiempo para coger el avión.
El capi ha estado genial
ResponderEliminarFelicidades