''Duda que sean de fuego las estrellas, duda que el sol se mueva, duda que la verdad sea mentira, pero no dudes jamás de que te amo''
William Shakespeare.

viernes, 13 de enero de 2012

Capítulo 32 '' No quiero saber nada más de ti''

Después de que Jazzy se quedara dormida nos fuimos cada uno a nuestras respectivas habitaciones. Me despedí de Justin con un beso y me encerré en mi cuarto. Tenía demasiada calor y eso que estábamos en otoño asique me quité la camiseta y decidí dormir en sujetador. Estaba quedándome dormida cuando la puerta se abrió de repente. Me alarmé pero no me moví. Poco a poco abrí mis ojos lentamente y vi a Justin contemplándome desde la puerta. Estaba sonriendo tontamente. En ese momento me entró una risa tonta que casi no puedo aguantar pero aun así Justin pareció no darse cuenta de nada. Siguió mirándome como un tonto mientras yo fingía que dormía y luego se fue acercando poco a poco a mí hasta que juntó su frente suavemente con la mía. Ahí ya no pude aguantar más y abrí los ojos sonriendo. Él me devolvió la sonrisa.
-¿Qué se supone que estás haciendo?- le pregunté aunque era más que evidente.
-Me gusta verte dormir- dijo acercándose para darme un beso corto en los labios. Luego se acomodó a mi lado en la cama pero sin destaparme a mí. Intentó destaparme pero se lo prohibí.- ¿Qué pasa? ¿Por qué no puedo  destaparte?
-Porque no. Me va a entrar frio mejor vete. Estoy cansada.
-¿Y no puedo dormir contigo?-le miré con cara interrogante.- Solo dormir, no pienses mal.
-Vale pero antes tienes que salir de la habitación.
-¿Para qué?- me miró divertido.
-¡Hazlo! Y cierra la puerta.
-Primero dime por que tengo que hacer esa tontería.
-Porque…- me daba vergüenza decirle la verdad pero no se me ocurrían escusas- Estoy en sujetador y me voy a poner la camiseta.
-Pues póntela- dijo riendo.- Yo no tengo problema por eso- me miró pícaramente.
-¡Jusitn, sal de la habitación! -le dirigí una mirada desafiante.
-Vale, vale pero conmigo no tienes por qué tener tanta vergüenza. ¿Soy tu novio recuerdas?
-Me da igual. Venga vete y hasta que te avise no entres.
-Está bien- cerró la puerta y fui hacia el armario. Lo abrí y busqué la camiseta del pijama. Cuando la encontré me la puse y abrí la puerta.
-Ya está, ya puedes entrar.
Nos acostamos en la cama y él pasó su brazo alrededor de mi cintura. Estaba mirando hacia la pared y él estaba apoyado a mí de manera que podía escuchar los latidos de su corazón.
-¿Me das mi besito de buenas noches?- preguntó susurrándome en mi oído.
Me giré, le di un ligero toque sobre los labios con los míos y me volví a girar riéndome. Sabía que eso a él no le iba a bastar y no me equivoqué.
-Eso no me basta. Yo quiero que me des un beso largo- me volví a girar, sonriendo por lo bien que lo conocía a pesar de pasar tan poco tiempo con él y fui lentamente hacia sus labios. Cuando estaban más o menos a 1 cm de distancia paré de acercarme. Le miré divertida esperando a que Justin se acercara. Segundos después sus labios y los míos se unieron y un dulce beso de buenas noches.
-Te quiero mi princesa.
-Yo también mi príncipe.
Luego nos quedamos dormidos.
(Narra Alba)
Eran ya las doce del mediodía cuando por fin me levanté. Rápidamente me dirigí hacia la cocina donde mi madre estaba haciendo la comida.
-Buenos días, Alba- saludó mi madre dirigiéndose hacia la nevera para sacar el cartón de leche.
-Buenos días mamá- contesté.- No voy a desayunar que si no luego no como. Voy a vestirme- le di un beso en la mejilla y me fui hacia mi cuarto.
Me vestí rápidamente sin pensarme dos veces que coger. Agarré lo primero que vi y me lo puse total era domingo y no iba a salir de casa. Me peiné un poco el pelo y fui hacia el salón donde mi hermana estaba jugando a la Wii. Se reía sola mientras saltaba con el mando. Decidí mejor no molestarla y ayudar a mi madre con la comida.
-¿Mamá te ayudo en algo?
-¿Podrías bajar a por el pan? Coge el dinero de la entrada y vete a la panadería que le gusta tanto a tu padre.
-Pero esa está bastante lejos-protesté.
-Venga, hazlo por tu padre.
-Está bien.
Cogí el dinero del recibidor y mis llaves con mi móvil y salí de casa. Iba caminando por la calle cuando de pronto alguien se cruza de improviso en mi camino bloqueándolo. Era Zack.
-¡Pero serás pesado! ¡Déjame en paz de una vez, estúpido!-grité.
-No hasta que me perdones.
-¿Tú eres idiota? Vete a la mierda- intenté pasar e ignorarlo pero él no me dejó.
-Alba, perdóname. No puedo vivir sin ti.
-Déjame tranquila de una vez. No quiero saber nada más de ti. Adiós.- volvió a cruzarse en mi camino pero esta vez no le dejé decir ni una sola palabra le pegué una patada donde más le duele.- Haber si aprendes, ahora. ¡Y no me molestas más!- lo dejé retorciéndose de dolor mientras yo me reía de la cara que Zack había puesto. ¡Se lo merecía por estúpido! Compré el pan y me fui para casa. 

1 comentario: