(Narra Alba) ( 7 meses más tarde)
Una nueva mañana se abría ante mí. Miré el reloj. Eran las 9. Aún era
temprano. Me levanté intentando no moverme demasiado para no despertar a Niall
que dormía profundamente. Salí del cuarto y bajé las escaleras hasta la enorme
cocina. Aún no me acababa de acostumbrar a todo esto. Observé mi barriga. La
acaricié. La semana que viene si todo iba bien ya tendríamos a nuestro pequeño
en casa.
Me preparé un Cola-cao y me senté en el sofá del salón con las piernas en
alto. Paula me había estado ayudando mucho todos estos meses. Habíamos ido de
compras para mi futuro hijo, me había estado trayendo chocolate todos los días
porque en estos meses era un vicio para mí, me había estado llamando todos los
días para preguntarme como estaba yo y su futuro ahijado y había echo infinitas
cosas más por mí y para que yo estuviera bien. Niall también había estado
pendiente de mí. No me dejaba sola ni un momento que el estuviera libre y si él
estaba ocupado llamaba a Paula o a cualquier otra amiga para que yo no
estuviera sola. La verdad es que se lo agradecía un montón. Él había tenido que
soportar mis berrinches de embarazada, mis hormonas descontroladas, mis chillidos
y nunca se había quejado. En algún que otro momento le había estado comentando
a Paula que podría ser que me pudiera dejar pero ella estaba segura de que
Niall no era de este tipo de chicos. Y tenía razón. Mucha razón.
Cogí el mando y empecé a pasar canales. No había nada interesante en la
tele entonces traté de levantarme pero no pude. Miré hacia el sofá y estaba
mojado. Una de dos. O me había meado o acababa de romper aguas. Opté por lo
segundo. Asustada empecé chillar para que Niall se despertara pero pocas cosas
lo despertaban. Intenté llegar hasta el teléfono y marqué el número de Paula.
(Llamada telefónica)
Paula: ¿Diga? (Voz de dormida)
Yo: Paula… Creo que acabo de romper aguas.
Paula: ¿Qué? ¿Cómo? (Chillando) Apaga el móvil. (Justin por detrás) Ya
viene. Ay, dios, que ya viene (Chillando aun más) Ahora voy para allí pitando.
Espérame. Llama mientras a una ambulancia. Y despierta a tu marido. Que gandul
es.
Yo: Vale.
(Fin de la llamada)
Intenté subir como pude a la habitación y cuando llegué Niall seguía
durmiendo.
-Niall- lo llamé. No me hizo caso.- Niall- chillé se levantó de un brinco.
-¿Qué?
-Ya viene- señale mi panza y él saltó y se puso todo nervioso.
-Vale, venga no pasa nada. Ahora vamos al hospital. Hay que llamar a una
ambulancia. No mejor te llevó en mi coche. No mejor…- estaba hablando solo y
eso me hacía gracia. Unos fuertes dolores me sacudieron. Chillé a causa de
ellos. – Madre mía.
En ese instante sonó el timbre. No pudimos abrir y oímos el sonido de la
puerta de abajo abrirse. Sería Paula ya que es la única que tiene una copia de
la llave de mi casa. Oí pasos subiendo por las escaleras a toda velocidad. Y
pronto aparecieron Paula y Justin que estaban despeinado y sudando. Habían
venido corriendo.
-¡Al hospital ya!- gritó mi amiga. Entre los tres me ayudaron a bajar al
piso de abajo.
Justin cogió mi cazadora mientras mi amiga me ayudaba a estabilizarme y
Niall sacaba el coche del garaje.
Cuando llegamos al hospital, entramos por urgencias. Todo el mundo nos miró
nada más entrar. En ese momento no, por favor. Ser famoso no siempre es bueno y
en este momento que mis dos mejores amigos y mi marido lo fueran no me causaba
gracia. Todo el mundo vino hacia nosotros.
-¡Por favor! Necesitamos atención médica- gritó Justin. Enseguida apareció
una camilla. Me tubé en ella.
-Todo va a salir bien. Tranquila- me susurró Paula. Y enseguida me llevaron
a una sala de parto. Niall entró unos minutos más tarde con todo lo
reglamentario para estar allí.
(Narra Paula)
Andaba de un lado para el otro. Estaba muy nerviosa. Mi mejor amiga estaba
dando a luz y yo no podía calmarme. Sabía que todo iba a salir bien, bueno eso
esperaba pero no podía sentarme. No podía permanecer quita ni un minuto. Ya
llevábamos 3 horas esperando fuera y aún no había noticias de ningún tipo.
-Tranquilízate, mi amor- me intentó calmar Justin.
-¡No puedo!- realmente no había quien me aguantara en ese momento.
-Paula, cálmate. Todo va a salir bien- intentó calmarme esta vez Zayn. Ya
habíamos llamado a los chicos para que
vinieran también. Ellos llevaban menos tiempo que nosotros esperando pero
estaban también muy nerviosos.
-¿Y si no sale bien? – histérica perdida estaba en ese momento.
-Claro que va a salir todo bien. Relájate- dijo Danielle.
-¿Te voy a por un café?- preguntó Harry. Tenía cara de preocupación.
-No. Lo que quiero yo es entrar y ver como está Alba.
-Pues vamos a tener que esperar- dijo Zayn de nuevo. Los demás estaban
sentados. Todos menos yo que seguía corriendo de una lado a otro paranoica
perdida.
Al cabo de unas horas salió un doctor a explicarnos lo sucedido. Yo me
dirigí hacia él la primera.
-¿Cómo está? ¿Está bien? ¿Y el niño? ¡Hable doctor!- un manojo de nervios
es como estaba.
-Todo ha salido bien. La señora Horan está en perfectas condiciones después
del parto y ha tenido un niño sano y fuerte- respiré profundamente en señal de
relajación.
-¿Podemos pasar a verlo?- le preguntó mi marido.
-Sí, pero no causéis mucho ruido por favor.
Entramos despacio en la habitación. Observamos desde la puerta a Alba con
el niño en brazos y a Niall a su lado mirándolos más que sonriente.
-Oh, pero que escena más bonita- dijo Louis. Entramos todos. Miré al bebé
de principio. Era la cosa más bonita que había visto. Era chiquitito. Reposaba
en los brazos de Alba. Solté alguna lágrima de la emoción.
-¿Por qué lloras, peineta?- me preguntó Alba. Siempre con sus bromas.
-Es precioso. Me he emocionado- todos se rieron.
-Oh, no os riais, malas personas- protesté.
-¿Quieres cogerlo?- me preguntó Alba.
-¿Enserio?- le pregunté ilusionada.
-Claro que si. Mi hijo quiere conocer a su madrina.
Cogí al niño en brazos. Era precioso. Sus dedos rozaban mi piel. Eran
pequeñitos. Y su nariz era chiquitita. Era una monada.
-¿Cómo vais a llamar al niño?- les preguntó Els.
-Pues… Prefiero que lo decida su padre- miró a Niall esperando una
respuesta.
-Michael. Me gusta Michael- murmuró Niall.
-A mí también- les confesé yo.
-Pues decidido. Esta cosita hermosa se llamará Michael- dijo Alba
sonriendo. Tenía razón. Era una cosita hermosa.
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Queda solo un capítulo para dar fin a esta novela. Ya lo tengo escrito y en cuanto obtenga algún comentario lo subo! Espero que os haya gustado. Os quiero.
Paula XX
Aqui esta el comentario, ese era el trato, no? Jajaja, me ha encantado, ha sido un capítulo super tierno (;, espero que el último sea largo (:, gracias por escribirnos esta novela , y pensar en que paula y justin se conocieron por tuenti jajajajaj
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